viernes, 25 de mayo de 2007

Puño 'e discos


En este diciembre se juntaron el Niño Jesús y los Reyes Magos, y un día de la mano se fueron de compras. Pasearon y caminaron entre un pucho de gente, y llegaron a conseguirme un libro del que les había contado en mi carta.

El libro, para variar es de música.

Hacer una compilación de los mejores discos dentro del pop rock en 50 años, difícil es poco, y más cuando tienes que echar número en páginas y espacio. Además de 1001 discos, este libro es tan gordo como el de Petete con unas 960 páginas.

Como todo trabajo de este tipo, cabe aquel dicho, no son todos los que están ni están todos lo que son, pero si es una excelente referencia para tener una noción mayor del pop rock y sus variantes en un buen periodo de vida. En donde se incluyen cada una de las portadas de los discos, la lista de temas con sus autores y la reseña correspondiente a cada uno, incluyendo la historia musical entorno al disco, desde Frank Sinatra con In The Wee Small Hours, editado en 1955, hasta Behind Me Satan de The White Stripe del 2005. La imagen de la portada es un Sid Vicious con una guitarra que nunca tocó, no solamente por decirse ser bajista, sino que la leyenda habla que tampoco tocaba el bajo y lo que hacia era un kareoke punk.

La versión original es en ingles, comandada por la pareja Dimery & Lydon, este último fundador de la revista Rolling Stone. Junto a ellos 90 especialistas más. Ésta, en su versión en castellano tiene algunos pequeños deslices que fácilmente se pueden pasar, entendiendo lo complicado que es la traducción y el montaje gráfico de 960 páginas. En los dos discos de Smashing Pumkings sus reseñas están cambiadas y con los dos de Belle And Sebastian esta repetida la misma reseña.

Este es un libro, que creo, hay que tener, para leer discos.

Mi lápiz mágico dejó de dibujar


Desde hace muchos años, desde el 98, cuando fui por primera vez a Graphics of the Americas, en la ciudad de Miami, en el Convention Center, a una cuadra de la Collins, se me pusieron los ojos gigantes cuando descubrí la maravilla del Pen Tablets. De ahí en adelante las he usado, cambiándola de vez en cuando, cuando la tecnología lo amerita.

En estos días, el art pen, me ha estado fallando. No dibuja continuo, y cuando quiere dibujar parece tartamudo, así que un dibujo que me tardaba 10 minutos, paso 1 hora peleando con él. Eso si, la borra funciona de maravilla. Vaya vaina!

Así que, no me quedó otra que agarrar el plástico con verdes billetes oficiales, comprar, y esperar a que el correo me lo traiga sano y salvo.

Entonces hasta que esto ocurra, dejare de dibujar las ilustraciones de personajes en onda pop.

Les dejo la imagen del lápiz mágico que no quiere dibujar.

El amor nos destrozara


Era 1976, y se fue a ver a los Sex Pistols, y como buen chico punk se puso su franela blanca en la que pinto a mano su palabra favorita, Hate. Se encontró con los integrantes de Warsaw, que es lo mismo que Varsovia, la capital Polaca, y la historia cambia. Nace Joy Division, nombre que es tomado de las barracas de los campos de concentración en donde las prisioneras eran obligadas a prostituirse para placer de los nazis.

Ian Kevin Curtis sufría de epilepsia, y sobre el escenario desarrolló su baile que recordaba sus sufridos taques, tanto así, que sus compañeros y el publico punk ingles no sabían si era su baile o si tenía un severo ataque.

Su viva, sus canciones, sus poemas, hipnotizaban con su tono depresivo y seco, haciendo entender a todo el mundo que cantaba sobre su propia vida, su desesperación. “El amor nos destrozara”.

Una tarde, el día antes de su primera gira internacional, un día como hoy, se puso a ver de nuevo su película preferida, la alemana Stroszek, donde el protagonista sufre la inadaptación a la civilización, la exclusión a ser distinto en la sociedad humana. Termina la película, y nuestro protagonista, Ian, se ahorca en la cocina, mientras en el fondo suena The Idiot, the Iggy Pop. Apenas tenía 23 años.

Como buen chico punk, cumplió el dicho: vive rápido y muere joven.

martes, 15 de mayo de 2007

Las amigas de Pablo


Amigas de día y amigas de noche, las señoritas del maestro inauguran el fenómeno cubista, rompiendo con todo el realismo, la profundidad y la silueta femenina, transformándose todo en planos puntiagudos.

Como de costumbre en él, aquellos dos metros no tenían nombre, solo eran pigmento y aceite. Un amigo lo llama El Burdel Filosófico, y otro lo llama como la calle de Barcelona llena de prostíbulos, Les Demoiselles d'Avinyó. Pero el boca a boca francés lo rebautiza, sustituyendo la palabra final por el de la ciudad de Avignon.

Arrinconado sobre la pared, como de costumbre en Pablo, fue expuesto por primera vez 9 años después de ser pintado en 1907.

100 años después, menos mal! Picasso.

Si no lo conocen, les dejo la imagen del cuadro,

Fumar y volar


En una pequeña isla que navega sobre el mar caribe, entre montaña y playa, hay mucha yerba, y ahí se juntaron un capitán cincuentón del ejército británico, con una pequeña descendiente africana de apenas 18 primaveras, como diría mi viejo. De esa unión sin amor nace Robert Nesta Marley, y antes de ser desheredado, el cincuentón huye.

Buscando, o rebuscando, se mudan a la capital llena de Jazz y Bebop, y entre soldadura y soldadura crea The Rudboys con 16 años, que luego pasaría a llamarse The Wailing Wailers, influenciados por los sonidos de Ray Charles o Fats Domino, y comienza a escribir sobre su propia vivencia y la de los jóvenes delincuentes en el Guetto.

Se casa, y además de eso, su esposa Rita testigo de la divinidad de Haile Selassie, lo invita a la creencia y su música da un giro total, que no es entendida, y le trae problemas para conseguir representante, fechas y grabaciones. Nacen The Wailers. Y el término Reggae, que nació de la canción “Do The Reggay” de The Maylans, y que es usada para nombrar un paso de baile, se une a su espíritu.

Se escapa de los pantanos de Vietnam, y los Wailers pasan a llevar si nombre, pero no se escapa de algunos atentados en su isla caribeña, con heridas de bala incluidos, dejándola por siempre y llevándose toda la Kaya posible y su querido balón de futbol a Inglaterra.

Continuos desmayos lo hacen ir a la clínica, detectándole el mal mayor, tumor alojado en el cerebro, pero ayudado por su creencia rasta siguió componiendo, hasta que no pudo mas, a la edad de 36 años en el hospital central de Miami, donde vivía su madre.

Un mes después, recibió la orden del mérito de Jamaica, por su contribución a la cultura de su pequeña isla.

"Para que correr y saltar.... si puedes fumar y volar".

Doble vida de lamento


Blue Devils o The Blues, son frases referenciales a depresión, tristeza, espíritus caídos o lamentos, todos ellos emanados desde hermosos campos blancos de algodón, por sensibles hombres negros.

Uno de ellos fue John Lee Williamson, alias Sonny Boy, también conocido como El Primero, que con su pequeña armónica oxidada logro alcanzar la fama convirtiendo él solo a su compañera, entre soplidos, aspiración y exhalación, instrumento solista en su tortuosa carrera llena de lamentos.

Su fama era abrumadora, en un Tennessee de los años 20’, en donde los discos de pasta se vendían sin imágenes en sus protectores de papel, naciéndole algunos dobles por las orillas del Mississippi. Uno de ellos, y el más famoso de estos dobles, fue Aleck Ford, alias Rice Miller, alias Sonny Boy Williamson II, o lo que es lo mismo, el segundo. Y con esto, un poco más en su tragedia de blues.

El Primero con todo su carácter, se fue en tren en busca de El Segundo, con algunos centavos, con 27 años, su armónica y una pistola en el bolsillo. Nunca lo llego a encontrar, y el segundo fue a parar a Inglaterra, tocando entre otros con los Yardbirds.

John Lee, el primero, siguió con su exitosa carrera en Chicago, reconocido por llevar su pequeña e inseparable armónica a lo más alto, pero su amor a la bebida y a las mujeres, a su “Good morning little schoolgirl”, que usaba incluso en las mismas actuaciones como instrumentos de sus lamentos, lo llevo a su final a los 34 años, cuando un esposo celoso le clavo un pica hielo en la cabeza a las afueras del Plantation Club, su último soplido de su Devil Blues.

Sonny Boy grabó Good morning little schoolgirl el 5 de mayo de 1937.

miércoles, 2 de mayo de 2007

El gran provocador


Hace poco más de un año, conocí a un gran artista español llamado Alberto “Mate” Matesans, cuando se me puso entre ceja y ceja su participación en unas charlas del pop español por este lado del charco. Un día estuvimos conversando del pop francés, de aquel que no tenía mucha idea, casi ninguna, y al día siguiente fue a una tienda de discos y me sorprendió con un hermoso regalo. Un disco doble del gran provocador. El padre de todo.

Músico, compositor, pianista, poeta, escritor, actor, pintor, fotógrafo, director, provocador, desastroso, bebedor, fumador, amante, seductor, liberador sexual, mujeriego, ídolo, referencia estética, tímido, cínico y una pila de cosas más.

Mellizo de nacimiento, nació en parís proveniente de vientre ruso judío escapando de Lenin y los suyos, como Lucien Ginsburg, llevando la estrella de David, entre escondites y pianos.

Transformado en Serge Gainsbourg, seduce y caza a las mujeres más hermosas, Brigitte Bardot, Jane Birkin, France Gall o Françoise Hardy, compone cientos de canciones y se atreve a realizar mestizajes de la Chanson francesa con reggae, jazz, música clásica y afrocubana. Además crea 40 bandas sonoras, dirige 4 películas, actúa en otras tantas, y en el camino se bebe incontables cajas de vino tinto acompañado de mucho sexo.

Como dijo un día “Mi vida es un triángulo de alcohol, gitanos y mujeres”.

Un día como hoy dejo de ser un provocador para algunos, para otros, lo seguirá siendo. Je t'aime... moi non plus.